Copio directamente:
"El pasado 30 de noviembre tuve el honor de recoger, en nombre de la Asociación de Daño Cerebral de Navarra (Adacen), el reconocimiento del Gobierno de Navarra al trabajo que desde 2005 desarrolla la asociación con jóvenes y niños y niñas en edad escolar mediante el Programa de Prevención para Seguridad Vial. Durante estos cinco años, profesionales de Adacen y usuarios que han sufrido Daño Cerebral Adquirido (DCA) a causa de un accidente de tráfico, han recorrido la geografía de Navarra para impartir charlas en 41 centros educativos, a las que han acudido un total de 2.961 personas. Su puesta en marcha ha supuesto un gran esfuerzo, que daremos por bien empleado si hemos conseguido que sólo uno de esos cerca de 3.000 niños y jóvenes no sufra un accidente de tráfico. Es precisamente en fechas como éstas, en las que tenemos que redoblar los esfuerzos para alertar sobre el peligro que supone conducir después de haber estado de fiesta y, por lo general, con malas condiciones meteorológicas. No en vano, cada año una veintena de jóvenes fallecen en las carreteras navarras. Ésa es la parte de la estadística que, por ser la más trágica, eclipsa la referente a las secuelas causadas a raíz de un accidente de tráfico.
Cuando oímos hablar de heridos, automáticamente pensamos en personas que han tenido la suerte de sobrevivir y para quienes la recuperación sólo es cuestión de tiempo. Nada más lejos de realidad. En muchos, demasiados casos, las secuelas acompañarán a la persona durante el resto de su vida y limitarán y trastocarán hasta límites impensables sus proyectos vitales y los de sus familiares. Y, por desgracia, son los jóvenes quienes más probabilidades tienen de sufrir daño cerebral a causa de un accidente de tráfico. En este caso, la estadística no miente: los traumatismos cráneo encefálicos (TCE) tienen una incidencia de 200 casos por cada 100.000 habitantes y son la primera causa de muerte e incapacidad en la población menor de 45 años. Además, la causa más frecuente del TCE, con cerca de un 75% de los casos, son los accidentes de tráfico. Si extrapolamos estos datos a Navarra, nos encontramos con la dura realidad de que el próximo año, más de un centenar de jóvenes de la Comunidad foral sufrirán graves lesiones cerebrales a causa de un accidente de circulación. Por fortuna, algo parece haber cambiado; la implantación del carné por puntos y la mayor seguridad de los vehículos han logrado revertir un poco la situación. Sin embargo, ni las medidas sancionadoras ni la ingeniería tendrán jamás el potencial preventivo de la educación vial. Y éste es precisamente el mensaje que pretendo trasladar con estas líneas; la necesidad de seguir trabajando en la concienciación de nuestros jóvenes y menores sobre los peligros de la carretera. En Adacen nos comprometemos a continuar con la labor iniciada, pero también pedimos un mayor compromiso por parte de las entidades privadas, pero sobre todo de las públicas. Como ya apuntamos con motivo del Día Nacional del DCA, la carga económica anual de un afectado por DCA en Navarra asciende a los 21.040 euros, de los que el entorno familiar tiene que soportar casi la mitad. Con este dato no pretendo sino recordar que al drama personal y familiar que origina el DCA hay que sumarle la fractura económica que para los allegados y para la Administración supone atender a un afectado por daño cerebral. Si fuera economista diría que la educación vial es la inversión perfecta: máxima rentabilidad no a costa de asumir un riesgo, sino enfocada precisamente a luchar contra los que cada año siegan o limitan la vida de muchísimos jóvenes navarros."
Fuente: noticiasdenavarra.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario