En la Revista de la DGT publican un artículo sobre la futura modificación de los baremos de indemnizaciones por accidentes de tráfico. Cuando uno ve los datos comprueba que estamos en la cola de Europa, llegando a cobrar casi cuatro veces menos que en otros países en el caso de sufrir una tetraplejia.
En los últimos años se han reducido de forma considerable el número de fallecidos en accidentes de tráfico, pero las personas que salen con vida sufren secuelas que duran toda la vida en muchos casos, y que sufren tanto el afectado como toda su familia. Un dato: el 70% de los traumatismos que provocan daño cerebral adquirido se originan en accidentes de tráfico.
Desde mi experiencia con víctimas de accidentes de tráfico he visto de cerca cómo han tenido que trasladarse familias enteras de un pueblo pequeño a una capital de provincia para que el afectado tuviera la rehabilitación adecuada. El estrés subyacente hasta que la situación comienza a estabilizarse es enorme. Afortunadamente en el caso que atendí el cabeza de familia ya estaba jubilado, pero ¿qué ocurre cuando no es así? La familia se rompe y tiene que estar separada.
Este tipo de daños no se contemplan en ningún caso y difícilmente se pueden valorar en términos económicos, sin embargo son los que más minan la salud de las personas.
No me olvido de los otros gastos: adaptaciones del hogar y de medios de trasporte, la factura de profesionales como neuropsicólogos, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas,... y suma y sigue.
Espero que la reforma de los baremos sea lo más justa posible, ya que "las penas con pan son menos", y reduciendo la carga económica ayudaremos a mejorar el estado de todas las familias que se ven afectadas por los accidentes de tráfico.
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